El Proyecto

En 2016, la tasa de empleo de los nacionales de terceros países, es decir, las personas que no son ciudadanos de un estado miembro de la UE, fue 15.2% puntos más baja que los ciudadanos de la UE, con las mujeres y los refugiados teniendo mayores dificultades. Incluso cuando están empleados, por lo general trabajan por debajo de su calificación y habilidades, están excesivamente representados en algunos sectores y tienen peores salarios y perspectivas de carrera y peor protección social (Eurostat, Encuesta de población activa de la UE).
Sin embargo, la inclusión de los migrantes en el mercado laboral no solo es clave para su integración efectiva en las sociedades europeas, sino que también contribuye a las economías de los Estados miembros.
No obstante, los nacionales de terceros países en Europa aún enfrentan fuertes barreras para acceder al mercado laboral y aún existe una discrepancia entre el mercado de trabajo y los perfiles de los migrantes: los principales agentes, incluidos las empresas, a menudo tiene falta de habilidades para gestionar la diversidad y la contratación de personas nacionales de terceros países, y todavía en algunas ocasiones persisten estereotipos y prácticas discriminatorias. Por otro lado, el apoyo integral a través de información, formación, empleo y orientación para los migrantes – con capacidad para involucrar a los más vulnerables –, sigue siendo escaso.